domingo, 2 de diciembre de 2018

Reflexión a partir de una metáfora

Cuando plantas una lechuga, si no crece bien no echas la culpa a la lechuga. Intentas encontrar las razones por las que no está creciendo correctamente. Puede que necesite fertilizante, o más agua, o menos sol. Nunca le echas la culpa a la lechuga. Sin embargo, cuando tenemos problemas similares con nuestros amigos o familiares solemos echarles la culpa. Pero si sabemos cómo cuidar de ellos, crecerán bien, como la lechuga. Culpar al otro no tiene ningún efecto positivo, y tampoco lo tiene el intentar persuadir usando razones o argumentos. Esa es mi experiencia. No culpar, no razonar, no argumentar, solo comprender. Si comprendes, y demuestras tu comprensión, puedes amar, y las cosas pueden cambiar. 

Thich Nhat Hanh

"Comprensión es el otro nombre del amor. Si no comprendes, no puedes amar."  Es otra de las aportaciones del maestro Thich Nhat Hanh


"Comprender el sufrimiento de alguien es el mejor regalo que se le puede hacer a otra persona."

Sorprendida gratamente al rebuscar en la RAE el significado de Comprender



1. tr. Abrazar, ceñir o rodear por todas partes algo.

2. tr. Contener o incluir en sí algo.


3. tr. Entender, alcanzar o penetrar algo.

4. tr. Encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro.



Pues con esto me quedo, con intentar encontrar naturales los actos del otro, sin culpar, sin razonar. intentando abrazar, ceñir o rodear por todas partes algo, contener o incluir en sí algo, lo que vendría siendo empatía pura y dura. Ponernos en "la maceta", en los zapatos o en la piel del otro. Y seguimos con otra cita del maestro.


"Cada uno de nosotros puede aprender el arte de nutrir la felicidad y el amor. Todo necesita alimento para vivir, incluso el amor. Si no sabemos cómo nutrir nuestro amor, se marchitará. Cuando alimentamos y favorecemos nuestra propia felicidad, estamos también nutriendo nuestra capacidad de amar. Es por eso que amar significa aprender el arte de nutrir nuestra felicidad."

El que domina el arte de nutrir su propia felicidad es capaz de aportar y adecuar los nutrientes justos a quienes les rodean, ya sean sus alumnos, compañeros, familiares o  amigos. Si eres capaz de nutrir no tienes que culpar a nadie, no tienes que volcar tus frustraciones en el otro. Simplemente hacer todo lo posible por fertilizar al máximo el camino en el que los demás tienen que CRECER¡¡






No hay comentarios:

Publicar un comentario